¿Sabemos lo que la IA va a suponer para la fotografía de moda?

La inteligencia artificial ha llegado para quedarse, también en el mundo de la fotografía. Y aunque aún no sabemos con certeza cómo afectará la IA a la fotografía de moda, es evidente que no será un cambio menor. La pregunta no es si va a cambiar las reglas del juego, sino si estamos preparados para adaptarnos a ese nuevo tablero.

Personalmente, he decidido no esperar a que la ola me arrastre. Prefiero que me pille surfeando, aunque no domine todavía todas las herramientas. Empezar a explorar la IA en la industria de la moda es, para mí, una forma de mantenerme despierto, abierto y en evolución como profesional.


Entre la amenaza y la oportunidad

Muchos hablan del futuro de la fotografía de moda con temor. Otros lo ven como una liberación creativa. Yo lo veo como una herramienta más, que bien utilizada puede abrir puertas interesantes. Ya hay campañas generadas íntegramente con inteligencia artificial: modelos ficticios, escenarios inventados, incluso prendas creadas por algoritmos. Pero eso no borra el valor de una imagen hecha por un fotógrafo con mirada propia.

Sí, puede que parte del trabajo se automatice. Pero también puede que aparezcan nuevas formas de trabajar, más rápidas, más eficientes, más creativas. El reto es encontrar el equilibrio entre técnica y sensibilidad, entre lo nuevo y lo esencial.


El fotógrafo que no deja de aprender

Llevo años como fotógrafo de moda en Madrid, y he visto muchas herramientas pasar. Pero la fotografía profesional con inteligencia artificial no es una moda más: es un cambio profundo. Por eso me parece clave no cerrarse, sino formarse, experimentar y decidir con criterio.

Estoy probando editores con IA, asistentes de composición, generadores de fondos, y procesos de producción más ágiles. No para dejar de hacer fotos, sino para ampliar posibilidades.


Conclusión: mirar hacia adelante

Esta entrada no busca sentar cátedra. Solo compartir una reflexión: la inteligencia artificial en fotografía ya está aquí. Y no tiene sentido ignorarla. No va a sustituir la mirada del fotógrafo, pero sí puede transformar los medios que usamos para expresar esa mirada.

Yo, al menos, he decidido no quedarme quieto. Porque si el cambio es inevitable, prefiero estar preparado.